jueves, 11 de junio de 2015
Piaget y el valor del juego en su Teoría Estructuralista
Una perspectiva "activa", en la que el juego y los juguetes son
considerados como "materiales útiles" para el desarrollo psicomotor,
sensorio motor, cognitivo, del pensamiento lógico y del lenguaje en el
niño, abriría de forma inmediata el camino de Piaget para la elaboración
de una Teoría estructuralista del juego, a partir de los estudios sobre
la dinámica interior de las funciones mentales del niño.
Piaget incluyó los mecanismos lúdicos en los estilos y formas de pensar durante la infancia. Para Piaget el juego se caracteriza por la asimilación de los elementos de la realidad sin tener aceptar las limitaciones de su adaptación.
Esta Teoría piagetiana viene expresada en "La formación del símbolo en el niño" (1973, 2 º reimpresión.) en donde se da una explicación general del juego y la clasificación y correspondiente análisis de cada uno de los tipos estructurales de juego: ya sean de ejercicio, simbólicos o de reglas.
A) Principios teóricos de la Teoría de Piaget:
Cuando el bebé se chupa el pulgar, desde el segundo mes, o agarra los objetos, en torno a los cuatro o cinco meses, cuando después los agita o aprende a lanzarlos, está poniendo en marcha dos tipos de mecanismos.
Los de de acomodación, ajuste de los movimientos y de las percepciones a las cosas, y otro de asimilación de esas mismas cosas a la comprensión de su propia actividad.
Hay pues una asimilación de lo real a sus incipientes esquemas sensorio-motores bajo dos aspectos que se complementan.
1.- Asimilación funcional o reproductora: repetición activa que consolida determinadas acciones.
2.- Asimilación mental mediante la percepción o concepción del objeto en función de su incorporación a una acción real o posible. Cada objeto es asimilado como "algo para"...chupar, agarrar, sacudir...etc.
Es importante señalar que esta asimilación "primitiva" se encuentra centrada sobre el sujeto concreto, no es objetiva, "no es todavía científica", es de carácter egocéntrico.
A medida que el niño repite sus conductas por "asimilación reproductora", las cosas son asimiladas a través de las acciones y éstas, en ese momento se transforman en esquemas: esquemas de acción.
El esquema de "algo para" chupar, p.ej.
Se produce entonces una auténtica revolución cognitiva mediante la cual los esquemas se convierten en ideas o conceptos.
B) El juego y su clasificación a partir de los principios teóricos de Piaget.
El juego infantil es sencillamente producto de la asimilación, haciendo participar como "elemento asimilador" a la "imaginación creadora".
Después de haber aprendido a coger, agitar, arrojar, balancear, etc., finalmente el niño agarra, balancea, etc., por el mero placer de lograrlo, por la sencilla felicidad de hacer este tipo de cosas y de ser la causa de esas acciones. Repite estas conductas sin que le supongan un nuevo esfuerzo de asimilación y por mero "placer funcional".
Se trata del "juego de ejercicio".
En la medida que se desprende de la acomodación sensorio-motora y con la aparición del pensamiento simbólico en la edad infantil (de 2 a 4 años), hace su aparición la ficción imaginaria y la imagen se convierten ahora en símbolo lúdico.
A través de la imagen que el niño tiene del objeto lo imita y lo representa. Aparece así "el objeto símbolo", que no sólo lo representa sino que, también, lo sustituye. Un palo sobre el que se cabalga, representa y sustituye a la imagen conceptual del corcel, que en realidad es un caballo ligero de gran alzada.
Se produce entonces un gran salto evolutivo: desde el plano sensorio-motor hemos pasado al pensamiento representativo.
Se trata del "juego simbólico"
"El juego simbólico - dice Piaget - es al juego de ejercicio lo que la inteligencia representativa a la inteligencia sensorio-motora" (Piaget, 1973, pág. 222)
El juego simbólico es, por tanto, una forma propia del pensamiento infantil y si, en la representación cognitiva, la asimilación se equilibra con la acomodación, en el juego simbólico la asimilación prevalece en las relaciones del niño con el significado de las cosas y hasta en la propia construcción de lo que la cosa significa. De este modo el niño no sólo asimila la realidad sino que la incorpora para poderla revivir, dominarla o compensarla.
Con los inicios de la socialización, hay un debilitamiento del juego propio de la edad infantil y se da el paso al juego propiamente preescolar, en el que la integración de los otros constituye un colectivo lúdico en el que los jugadores han de cumplir un cierto plan de organización, sin el cual el juego no sería ciertamente viable.
Se trata, finalmente, del "juego de reglas"
Si, como hemos visto, los juegos sensorio-motores comienzan desde los primeros meses y cómo a partir del segundo año hace su aparición el juego simbólico, será a partir de los cuatro años y hasta los seis, en un primer período, y de los seis a los once, en un segundo período más complejo, cuando se desarrollan los juegos de reglas.
Y así como el símbolo reemplazó al ejercicio, cuando evoluciona el pensamiento preescolar y escolar, la regla reemplaza al símbolo.
Estos juegos de reglas van a integrar y combinar todas las destrezas adquiridas: combinaciones sensorio-motoras (carreras, lanzamientos, etc.,) o intelectuales (ajedrez) con el añadido de la competitividad (sin la que la regla no sería de utilidad) y bajo la regularización de un código normativo vinculado a la naturaleza del propio juego o por simples pactos puntuales e improvisados.
"La regla - sostiene Piaget - tan diferente del símbolo como puede serlo éste del simple ejercicio, resulta de la organización colectiva de las actividades lúdica"
Así las reglas incluirán además, en la dad del colegio, esa otra exigencia, la de la victoria o la derrota, la de la competitividad.
Al principio los jugadores suelen ser pocos y las alteraciones de las normas muchas. Pero con el paso a la escolaridad se irá alcanzando un equilibrio sutil entre el principio asimilador del Yo, que es consustancial a cada juego y la adecuación de éste a la vida lúdico-social.
Piaget incluyó los mecanismos lúdicos en los estilos y formas de pensar durante la infancia. Para Piaget el juego se caracteriza por la asimilación de los elementos de la realidad sin tener aceptar las limitaciones de su adaptación.
Esta Teoría piagetiana viene expresada en "La formación del símbolo en el niño" (1973, 2 º reimpresión.) en donde se da una explicación general del juego y la clasificación y correspondiente análisis de cada uno de los tipos estructurales de juego: ya sean de ejercicio, simbólicos o de reglas.
A) Principios teóricos de la Teoría de Piaget:
Cuando el bebé se chupa el pulgar, desde el segundo mes, o agarra los objetos, en torno a los cuatro o cinco meses, cuando después los agita o aprende a lanzarlos, está poniendo en marcha dos tipos de mecanismos.
Los de de acomodación, ajuste de los movimientos y de las percepciones a las cosas, y otro de asimilación de esas mismas cosas a la comprensión de su propia actividad.
Hay pues una asimilación de lo real a sus incipientes esquemas sensorio-motores bajo dos aspectos que se complementan.
1.- Asimilación funcional o reproductora: repetición activa que consolida determinadas acciones.
2.- Asimilación mental mediante la percepción o concepción del objeto en función de su incorporación a una acción real o posible. Cada objeto es asimilado como "algo para"...chupar, agarrar, sacudir...etc.
Es importante señalar que esta asimilación "primitiva" se encuentra centrada sobre el sujeto concreto, no es objetiva, "no es todavía científica", es de carácter egocéntrico.
A medida que el niño repite sus conductas por "asimilación reproductora", las cosas son asimiladas a través de las acciones y éstas, en ese momento se transforman en esquemas: esquemas de acción.
El esquema de "algo para" chupar, p.ej.
Se produce entonces una auténtica revolución cognitiva mediante la cual los esquemas se convierten en ideas o conceptos.
B) El juego y su clasificación a partir de los principios teóricos de Piaget.
El juego infantil es sencillamente producto de la asimilación, haciendo participar como "elemento asimilador" a la "imaginación creadora".
Después de haber aprendido a coger, agitar, arrojar, balancear, etc., finalmente el niño agarra, balancea, etc., por el mero placer de lograrlo, por la sencilla felicidad de hacer este tipo de cosas y de ser la causa de esas acciones. Repite estas conductas sin que le supongan un nuevo esfuerzo de asimilación y por mero "placer funcional".
Se trata del "juego de ejercicio".
En la medida que se desprende de la acomodación sensorio-motora y con la aparición del pensamiento simbólico en la edad infantil (de 2 a 4 años), hace su aparición la ficción imaginaria y la imagen se convierten ahora en símbolo lúdico.
A través de la imagen que el niño tiene del objeto lo imita y lo representa. Aparece así "el objeto símbolo", que no sólo lo representa sino que, también, lo sustituye. Un palo sobre el que se cabalga, representa y sustituye a la imagen conceptual del corcel, que en realidad es un caballo ligero de gran alzada.
Se produce entonces un gran salto evolutivo: desde el plano sensorio-motor hemos pasado al pensamiento representativo.
Se trata del "juego simbólico"
"El juego simbólico - dice Piaget - es al juego de ejercicio lo que la inteligencia representativa a la inteligencia sensorio-motora" (Piaget, 1973, pág. 222)
El juego simbólico es, por tanto, una forma propia del pensamiento infantil y si, en la representación cognitiva, la asimilación se equilibra con la acomodación, en el juego simbólico la asimilación prevalece en las relaciones del niño con el significado de las cosas y hasta en la propia construcción de lo que la cosa significa. De este modo el niño no sólo asimila la realidad sino que la incorpora para poderla revivir, dominarla o compensarla.
Con los inicios de la socialización, hay un debilitamiento del juego propio de la edad infantil y se da el paso al juego propiamente preescolar, en el que la integración de los otros constituye un colectivo lúdico en el que los jugadores han de cumplir un cierto plan de organización, sin el cual el juego no sería ciertamente viable.
Se trata, finalmente, del "juego de reglas"
Si, como hemos visto, los juegos sensorio-motores comienzan desde los primeros meses y cómo a partir del segundo año hace su aparición el juego simbólico, será a partir de los cuatro años y hasta los seis, en un primer período, y de los seis a los once, en un segundo período más complejo, cuando se desarrollan los juegos de reglas.
Y así como el símbolo reemplazó al ejercicio, cuando evoluciona el pensamiento preescolar y escolar, la regla reemplaza al símbolo.
Estos juegos de reglas van a integrar y combinar todas las destrezas adquiridas: combinaciones sensorio-motoras (carreras, lanzamientos, etc.,) o intelectuales (ajedrez) con el añadido de la competitividad (sin la que la regla no sería de utilidad) y bajo la regularización de un código normativo vinculado a la naturaleza del propio juego o por simples pactos puntuales e improvisados.
"La regla - sostiene Piaget - tan diferente del símbolo como puede serlo éste del simple ejercicio, resulta de la organización colectiva de las actividades lúdica"
Así las reglas incluirán además, en la dad del colegio, esa otra exigencia, la de la victoria o la derrota, la de la competitividad.
Al principio los jugadores suelen ser pocos y las alteraciones de las normas muchas. Pero con el paso a la escolaridad se irá alcanzando un equilibrio sutil entre el principio asimilador del Yo, que es consustancial a cada juego y la adecuación de éste a la vida lúdico-social.
LA IMPORTANCIA DEL JUEGO Y DESARROLLO EN EDUCACIÓN INFANTIL
La
escuela infantil es un tramo del sistema educativo que comienza a ser
considerado como un período de educación peculiar y de mucha relevancia.
Desde el comienzo de la escolarización obligatoria, la escuela ha sido
entendida como un lugar donde se aprenden conocimientos y habilidades
específicos que la sociedad valora útiles para la integración en el
mundo social, así como un contexto de desarrollo y progreso personal.
La
escuela infantil debe asumir la cultura del contexto social inmediato,
sólo así encontrará armonía y coherencia en el contexto educativo
escolar.
Un
aspecto importante dentro de la Educación Infantil, y que no presta
atención el sistema educativo, es la incorporación al mundo de los
afectos, emociones y la vida de relación social. Esta hace referencia a
las relaciones interpersonales, al progreso de la vida afectiva y la
búsqueda del equilibrio emocional.
La
Educación Infantil debe actuar como contexto en el que el clima
socio-afectivo sea corrector de déficit, además de contribuir a que el
crecimiento intelectual no evite el desarrollo armónico de los
sentimientos positivos como la solidaridad y la conducta prosocial.
-EL DESARROLLO,UN OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN INFANTIL.:
Los
objetivos de un proceso educativo no son sólo la transmisión de
conocimientos, sino el desarrollo de la autonomía personal,
potencialidad cognitiva y maduración socio-afectiva. La educación y el
desarrollo no son procesos separados en ningún tramo del sistema, deben
estimular y optimizar las posibilidades de progreso personal.
Una
concepción importante en la Educación Infantil es la relación existente
entre aprendizaje y el desarrollo, hoy consideramos que el aprendizaje
es el motor de desarrollo y que todo desarrollo lleva implícito un
aprendizaje. El aprendizaje y el desarrollo personal debe constituir la
preocupación dominante con variadas actividades, tareas, ejercicios y
juegos; todas ellas que se deriven de un sistema de comunicación y
convivencia para que los niños/as tengan experiencias enriquecedoras en
su vida.
EL DESARROLLO PSICOMOTOR:
El
niño necesita desarrollar su cuerpo como fundamento de su crecimiento y
como dominio de su propia situación en este mundo. Cuando el niño se
convierte en un escolar, no domina aún muchas habilidades motoras y de
expresión corporal que necesita desplegar. El contexto espacial, que
debe ser sensible a las necesidades, y las rutinas diarias se convierten
en escenarios para poder expresarse y donde la maduración psicomotora
debe recibir una continua estimulación. Por ejemplo, se debe contar con
un espacio amplio y dotado de materiales que permita desarrollar retos
psicomotores -motricidad fina (arrastrarse, saltar, balancearse, etc.) y
gruesa (manipulación, equilibrio, etc.)- que son estimulantes para el
niño/a.
Hay
que tener en cuenta otros elementos aparte del niño, como son los
educadores, el centro, el clima, la actividad, la metodología, el
tiempo, el espacio, etc. Todos estos factores se articulan entre sí y se
hacen realidad en la vida cotidiana del centro, constituyendo una
Institución que tiene rasgos específicos.
- EL JUEGO COMO FACTOR DE DESARROLLO:
El
juego es una actitud ante los objetos, los otros y ante nosotros mismos
que marca la situación de tal forma que decimos que "estamos jugando".
Es una actividad natural, un comportamiento en el que el uso de los
objetos y las acciones no tiene un objetivo obligatorio para el niño, es
decir, supone un "hacer sin obligación" de tal forma que esta capacidad
de hacer refleja para el propio niño y para los que les rodean la
dimensión humana de la libertad frente al azar y la necesidad. Es un
factor de desarrollo que ejercita la libertad de elección y de ejecución
de actividades espontáneas y eso proporciona al ser humano la dimensión
de ser libre, activo y seguro.
El
juego deja de ser adaptativo y se convierte en un proceso simbólico de
comunicación social; a través de él, el niño logra el autodominio y la
precisión de movimientos que requiere para sentirse integrado en su
medio a la vez que autónomo y libre en sus desplazamientos. El juego
psicomotor modela y regula la capacidad perceptiva del niño al verse
capaz y libre de actuar en un medio, que reconoce como propio, porque lo
explora a través de su movimiento.
El
juego simbólico, según Piaget, ingresa a los niños/as en el mundo de
las ideas, en el mundo de la verdadera inteligencia humana. Con esto los
niños/as comienzan a aprender reglas que prescriben las actividades y
los procesos humanos. La regla es el conjunto de normas internas de una
actividad lúdica, que la define y diferencia de cualquier cosa.
Estar
jugando presupone atravesar la línea divisoria que separa lo que no es
juego de lo que sí es. Juego nace de la realidad que rodea al niño, de
la cual toma sus elementos y nunca se aleja de ella más allá que lo
preciso para volver a ella de nuevo, recrearla y enriquecerla.
Los
juegos infantiles pueden ser serios, en el sentido de exigir y provocar
actitudes rigurosas en los niños/as, sin que por ello dejen de ser
juegos. Por eso, no hay que confundir toda actividad infantil con juego;
los niños son perfectamente conscientes de cuando están jugando y
cuando no, hay que ser respetuosos y partir de que no todo acto puede
ser un juego ni todo acto está fuera de juego.
El
juego siempre es interesante y significativo para el niño, ya que si se
pierde interés la actividad deja de tener significado y el juego muere
como tal. El juego tiene motivación y esto lo convierte en una poderosa
herramienta de crecimiento y desarrollo personal.
- CLASES DE JUEGOS:
Piaget
descubre el papel del juego dentro del sistema de desarrollo que él
establece y describe las formas que adquieren los juegos espontáneos y
los identifica con las formas que adquiere las capacidades infantiles.
Clasifica
los diferentes juegos en tres apartados, dependiendo de la relación que
tienen con el cambio del niño a lo largo de la vida: sensioriomotor,
simbólico y reglado.
* Juegos Sensoriomotores:
estos implican la puesta en acción de la capacidad de los niños de
construir y operar desde los estímulos que en él provoca el entorno
físico, los objetos y su propio cuerpo, elaborando respuestas complejas
de carácter motórico-manipulativo, es decir, utilizando su cuerpo. Un
ejemplo de este juego son los espontáneos. A través de estos, el
desarrollo se va encontrando con su aprendizaje.
* Juego Simbólico;
son todas las actividades representativas que se realizan dentro de un
marco no estrictamente serio o de comportamiento acomodativo. Un ejemplo
de juego simbólico son las imitaciones de movimientos, acciones, etc.
Las actividades que los niños/as realizan entre tres y seis años son
actividades simbólicas de carácter lúdico.
Para
Piaget, el juego se diferencia de la actividad seria porque en él los
niños/as no se preocupan mucho de que lo que hacen sea exactamente lo
que se espera de ellos y lo que deben hacer, ellos se relajan y se
olvidan de la necesidad de ajustar su acción.
Para él, el juego simbólico es más una dimensión de expresión que un instrumento de aprendizaje.
* Juego de Reglas:
Es el único juego que Piaget lo consideró de naturaleza social, este
juego se refiere a un cambio en el concepto de necesidad interna que
tiene todo proceso mental. Los niños/as no son capaces de pensar en
forma lógica y operar razonadamente, por lo que no podrán comprender los
juegos de reglas.
Los
niños se pueden incluir en juegos ricos e interesantes sin tener
dominado completamente las normas, esto les va a ayudar en el progreso
de sus capacidades mentales, físicas y motoras.
La
clasificación de los juegos de Piaget relaciona el juego y el
desarrollo cognitivo, por tanto comprende la actuación de los niños
dentro de los juegos, pero no es muy práctica para analizar la relación
entre el juego, el desarrollo y el aprendizaje.
-VALORACIÓN:
El
juego es una actividad fundamental en la educación infantil ya que
nosotros como educadores tenemos que educar a los niños a través del
juego. Con este hemos aprendido que se puede estimular, fomentar en el
niño actitudes de respeto, de participación, de tolerancia, etc…
Creo
que el juego forma parte de la vida del niño porque es lo que le ayuda a
hacerse y a descubrir el entorno que le rodea, por eso hay que
potenciarlo desde edades muy tempranas. Hay padres que ven el juego como
juego en sí y no como aprendizaje, considero que esas personas que
creen eso no conocen las funciones que genera, piensan que deberían de
enseñarles mucha materia y así es cuando los niños no aprenden nada.
Como
define muy bien Escudero y Jiménez en una de sus obras , "el juego
contribuye a la formación de la persona ya que responde a necesidades
del proceso evolutivo".
Para
concluir considero el juego una actitud activa que implica en su
totalidad al niño y que refleja en este un compromiso emocional, físico e
intelectual con respecto al mundo que le rodea.
La
tarea que tiene que desempeñar el niño de estas edades es jugar, jugar
con sus compañeros, con los maestros y con su familia. Un aspecto
importante que considero es que los padres tienen que jugar con el niño y
divertirse con él, deben de reprimir la sensación de estupidez y volver a ser niños otra vez.
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